SOÑANDO EN GIGANTE RECOMIENDA… «ENCENDER LA LUZ»

Nos encantan los cuentos infantiles. Cuentos para entretener, divertir y enseñar. En algunos casos, sirven incluso para entender o hacer llevaderos ciertos temas….o para todo a la vez. A través de sus historias y, sobre todo, de sus ilustraciones, transportan a los pequeños a lugares increíbles, a través de la imaginación, y en un entorno íntimo, acompañados de sus padres, abuelos o tíos, cuando se leen al abrigo del hogar.

Hoy nos gustaría reseñar un pequeño tesoro que ha caído en nuestras manos y que trata, de forma dulce aunque directa, uno de los temas más difíciles de entender para los niños y más duros para explicar por parte de los papás y las mamás: la pérdida de un ser querido, sea persona o mascota.

Portada del álbum infantil ilustrado

Su título es “Encender la luz”, y su autora, Raquel Castaño González, a través de la historia de la pérdida de un abuelo, es capaz de transmitir a los pequeños que todos tenemos un tiempo para disfrutar en este mundo, unos más otros menos, hasta que llega el momento de tener que emprender el viaje hacia nuestra estrella: nuestro nuevo hogar. Y a partir de aquí, nos enseña cómo sobrellevar ese duelo, esa ausencia, por medio de los recuerdos.

Otra característica de este precioso álbum es que es una historia abierta, respetuosa, para que cada uno, con sus creencias, pueda completarla o complementarla con aquello que considere necesario.

Indicación de la autora

Y algo que para nosotros es importante: esta historia no es un final, sino un principio. A partir de ella el niño/a puede imaginar, con la ayuda de sus padres, lo que más le guste para esos seres queridos que ha perdido, y de esta forma llevar la relación con ese ser querido a un nuevo nivel que permita al pequeño conocerlo, si no ha tenido la oportunidad, o de no olvidarlo, si ha tenido la fortuna de compartir su vida.

Preciosas y sencillas ilustraciones, de la artista Marta López Palomo, completan este álbum infantil de gran belleza, con una estética muy cuidada y una terminación de gran calidad.

Páginas interiores de «Encender la luz»

Sin duda, muy recomendable, y un gran recurso para que los pequeños tengan siempre cerca a aquellos que nos han dejado.

A continuación os facilitamos la ficha de la publicación y algunos links por si queréis consultar algo más.

Comentar que la autora, Raquel Castaño González, además de una gran escritora, es una excepcional cuentacuentos, que comparte con nosotros la maravillosa pasión de hacer soñar a los más pequeños. También en Gigante, por supuesto.

Os recomendamos también echar un vistazo a la editorial, Babidi-bu. Se definen como “Una editorial infantil y juvenil, cuyo objetivo principal es animar a la lectura con obras en las que priman los valores humanos, sin dejar por ello de ser divertidas y amenas, llenas de aventura y misterio. Además de la animación a la lectura, otro de sus objetivos es fomentar en los niños y jóvenes la creatividad como medio de expresión, ayudándoles a desarrollar su imaginación y potenciando el desarrollo de su Inteligencia Emocional.”

Título: Encender la luz
Autora: Raquel Castaño González
Ilustradora: Marta López Palomo
Editorial: Babidi-bu
Año de publicación: 2018
Nº de páginas: 32
Nº de ilustraciones (sin contar la portada): 11
Precio: 13,95 Euros (gastos de envío gratis)
Tamaño de la página (ancho por alto): 240×170 mm

Blog de la autora, donde además podrás adquirir el cuento: https://raquelcastanogonzalez.com/

Web de la editorial:
https://www.babidibulibros.com/p/la-editorial/

CUENTOS CON VALOR AÑADIDO: EXPERIENCIAS REDONDAS

Un cuento infantil ilustrado, de por sí, ya es una gran experiencia para el niño al que va dirigido. De lo contrario, algo no está bien. Ya sea porque el propio álbum sea plano o gris, sin ningún aliciente en sus ilustraciones o en la historia que motive al pequeño, o porque nos hayamos equivocado en la edad a la que va dirigido, lo que hace que sea incomprensible o demasiado sencillo, e incluso por cómo se lo contamos los padres, descafeinando aquello que podría ser emocionante, divertido o simplemente entretenido.

También es cierto que en nuestro afán por inculcar valores, los progenitores a veces nos dejamos llevar por publicaciones que, aunque transmitan aquello que buscamos, se olvidan un poco de la parte divertida.

Por ello, una vez hemos encontrado el/los álbumes que cumplen con todos los requisitos para gustar tanto al niño como a los padres, es necesario hacer de la lectura una buena experiencia. Si se hace justo al acostar al niño, puede convertirse en un momento familiar o íntimo entre padre-madre e hijo-hija, lo que consigue elevar el interés del pequeño por la lectura (y en concreto por la del cuento/s que hayamos elegido), gracias a haber creado ese momento especial.

Hay cuentos que pueden alargar aún más el interés de los pequeños. En algunos casos,  alrededor del cuento se genera una serie de merchandising que puede animar a los niños a representar la historia o a vivir otras situaciones inventadas con los personajes que han conocido. Esto da lugar a interesantes y divertidas variables a la hora de contar los cuentos, como pueden ser los teatrillos, con muñecos haciendo de marionetas y padres poniendo voces.

Por otro lado, en una línea un poco diferente, están los álbumes que proceden de personajes, normalmente televisivos, que se limitan a desarrollar un capítulo de la serie, sin más complicación, por lo que, además de ser publicaciones de poco valor, el pequeño pierde pronto el interés por la historia, ya que la puede disfrutar en movimiento. Es el caso de personajes como Peppa Pig, La Patrulla Canina o Bob Esponja.

Nos permitimos una honrosa excepción con Disney, dado que tiene publicaciones que sí que están por encima del modelo que acabamos de explicar, ya que suelen estar mucho más trabajadas (¡Ojo!, que esta franquicia es muy grande y nos podemos encontrar de todo).

Por último, están aquellas publicaciones que pueden conseguir lo que nosotros llamamos una EXPERIENCIA REDONDA. Y redonda para los niños es algo que difícilmente van a poder olvidar. Y nosotros, los padres, tampoco.

Son aquellas en las que se puede llegar a interactuar en la realidad con los personajes de ese mundo fantástico recogido en el cuento.

Publicaciones que puedan extender sus contenido al mundo real: EXPERIENCIAS REDONDAS

No es fácil encontrar este tipo de publicaciones, por los requisitos que deben cumplir, pero las hay. Resumiendo, cuentos que cumplan lo siguiente:

1. Gustar al niño: con ilustraciones llamativas e historias entretenidas y divertidas.

2. Convencer a los padres: con valores que hagan mella en el niño desde la diversión.

3. Con mechandising: que ofrezca distintas posibilidades de creatividad y desarrollen la imaginación de los pequeños.

4. Con la posibilidad de interactuar con los personajes en el mundo real

Difícil, ¿no?

Aquí os traemos una de esas publicaciones. Y diréis, sí claro, qué fácil es decirlo. Bueno, ahí va la explicación de por qué está publicación es una EXPERIENCIA REDONDA:

1. Gustar al niño:

estamos recibiendo un feedback impresionante de los papás y las mamás que se lo han regalado a sus pequeños. Nos llegan gran número de felicitaciones e historias de niños que duermen con el cuento en brazos y que sólo quieren escuchar ese cuento noche tras noche. ¡Incluso de niños a los que no les gustan los gigantes!

2. Convencer a los padres:

ya no sólo a los padres, que sabemos que sí gracias a las felicitaciones recibidas, sino a profesores y pedagogos: dos colegios de diferentes ciudades se han puesto en contacto con nosotros para realizar sendos proyectos educativos, con sus alumnos, teniendo como eje central el cuento que os presentamos.

3. Merchandising:

no hay más que echar un vistazo por internet para encontrarlo. Nosotros destacamos los muñecos de goma. Sin duda los juguetes más y mejor amortizados, son una fuente inagotable de nuevas historias y una gran herramienta para el desarrollo de la imaginación. Aunque también son interesantes otros productos como puzles, tazas, disfraces… y gran cantidad de videos en YouTube para que los niños disfruten con los bailes.

4. Posibilidad de interactuar en la vida real:

estos personajes, en concreto, se pueden visitar de forma gratuita en Pamplona. Para los que no conocéis esta preciosa ciudad navarra, puede ser la excusa perfecta para hacer una escapada en fechas señaladas en las que salgan los gigantes, como puede ser la semana de San Fermín, y vivir sus fiestas por el día. No hay palabras para describir lo que sienten los pequeños que conocen el cuento cuando ven a estos personajes desfilar por las calles bailando; cuando pueden acercarse a tocarlos e incluso a meterse debajo de ellos. Os aseguramos que es indescriptible.

¿Dónde está ese cuento?

Mirad el video que os dejamos a continuación…y no os olvidéis de seguir SOÑANDO EN GIGANTE.

 

 

CÓMO EMPEZÓ TODO II: ABRIR LA MENTE

II – ABRIR LA MENTE,

porque la idea puede estar delante de tus narices y no verla hasta que otros la señalen.

Continuando con el post Como empezó todo (o como hacer que se cumplan tus sueños), no vamos a teorizar, os vamos a contar nuestro caso que creo que ilustra más que cualquier divagación sesuda.

Hace un tiempo, nuestro hijo, con algo más de 2 años, tenía un miedo atroz a acercarse a los gigantes de nuestra localidad cuando salían en las fiestas, pero a la vez, le atraían. Así que decidimos ponerle algún video en casa para que los conociera un poco y se acostumbrase a verlos. Le encantaba mirar por la tele cómo bailaban.

Un fin de semana que lo dejamos con sus tíos, el niño pidió ver a los gigantes, y como sus tíos no sabían muy bien lo que pedía, buscaron videos de gigantes por internet, con tan buena suerte que salieron los gigantes de Pamplona. De casualidad. Cuando regresó a casa, el crio sólo quería verlos a ellos.

Visionando los videos con él, nos preguntó cómo se llamaban. Nosotros, que sólo conocíamos a los de nuestro municipio, buscamos por internet y se lo dijimos… ¡qué nombres tan extraños y divertidos!: Joshemiguelerico, Joshepamunda, Sib Ab el Mohame, Esther Arata, Selim pia Elcalzao, Larancha la, Toko-toko y Braulia.

Poco a poco, y tras leer sobre ellos un poco más en la red, también nos engancharon a nosotros. Y continuamos leyendo sobre ellos. Descubrimos entonces que había juguetes de goma de estas figuras, pero antes de comprar la primera pareja, decidimos comprobar si realmente nuestro hijo jugaría con ellos. ¿Cómo? Fabricándole primero unos de andar por casa.

“¿Quieres que papá te haga unos gigantes de juguete?”. “¡Síiiii!”, respondió entusiasmado.

Os partiréis de risa al verlos (los hicimos en 5 minutos escasos), pero no os podéis imaginar el resultado. El niño, emocionado, no los soltaba: los ponía en fila, los bailaba, les daba vueltas…, todo como lo veía en la tele. Y para él eran los mejores gigantes del mundo… ¡si incluso los reconocía, aunque parezca mentira! Otra cosa no, pero imaginación gasta un rato.

Tras un par de días, decidimos mejorárselos. Y nos pusimos manos a la obra.

Os adjuntamos una foto del resultado.

Resultado de los primeros gigantes hechos manualmente
A los lados, los primeros gigantes (gigantes-tubo). Los cuatro centrales, los gigantes-botella, mejorados

Más grandes, mejor dibujados, coloreados y algo más reconocibles, el crio saltaba de alegría cada vez que terminábamos uno, y nos animaba a ir a por otro. Y lejos de apartar a los primeros, los integraba a todos. Nos sorprendió mucho esa reacción, así que tras unos días de bailoteos intensivos de rollos de cartón y botellas de plástico camufladas, decidimos comprarle su primer gigante: el rey europeo.

Imagen tomada en Pamplona durante las fiestas de San Fermín
Imagen real de Joshemiguelerico

¡No podéis imaginar (o quizás sí, si habéis vivido algo similar) su cara cuando los vio por primera vez! Gritos de alegría, saltos, risas, nervios, sorpresa… Era muy complicado para él gestionar tanto sentimiento positivo junto. Y fue increíble para nosotros.

Poco a poco se incorporaron más gigantes de goma a la familia (ya contaremos en otro post cómo se los hicimos llegar), pero echábamos algo en falta: cuentos, que narrasen historias y aventuras de estos personajes, y que cubriesen nuestras expectativas como padres, ya que nos encanta leer, e inculcar este hábito a nuestros hijos, a través de los cuentos, es un valor que potenciamos.

Y nuevamente, sus padres, muy dispuestos, nos pusimos manos a la obra a escribirlo. Cuando tuvimos la historia, nos faltaban las ilustraciones, pero no sabíamos dibujar, y nos planteamos hacerlo por encargo, pero ya habíamos tenido una experiencia así y, aunque estuvo bien, no terminó de llenarnos. Así que papá dijo…”tranquilos, que yo lo intento”. Viendo el resultado de los gigantes, pensaréis que vaya patata iba a quedar, pero me lie la manta a la cabeza, me compré un bloc, unos lápices, y tras leer un poco por internet sobre técnicas de ilustración, decidí empezar a hacer bocetos.

Os aseguro, y lo puedo jurar, que yo no sabía dibujar. Pero me lo tomé en serio: visualicé lo que quería, elegí un modelo (Mohame, de Pamplona) e hice mis primeros bocetos del personaje. Aquí están frente al personaje real.

Imagen de Mohame tomada en Pamplona durante las fiestas de San Fermín
Imagen real de Mohame

Yo fui el primer sorprendido con el resultado. Cuando los terminé, los sometí al veredicto del juez experto, mi hijo, y nos quedamos con el tercero.

Le gustaron tanto los dibujos, que cada día me pedía que le dibujase a un gigante, y tras verlo, me hacía ver todos los que ya tenía esbozados desde el primero. Nuevamente era la imagen de la felicidad viéndolos. ¡Y hechos por su papá!

Terminé de realizar los bocetos de los personajes, y comencé con las escenas. Además, por las noches, empecé a seguir tutoriales sobre software de ilustración, hasta que vi uno que me convenció (ya os contaré cual y cómo aprendí desde cero a manejarlo).

Noche tras noche iba dibujando, primero a mano y luego de forma digital, eso sí, en secreto y con nocturnidad, porque iba a ser un regalo de cumpleaños sorpresa, y no estaba dispuesto a quitar tiempo de estar con mis hijos durante el día para hacerlo. Aunque fuera un regalo para ellos, sobre todo porque ese hecho me parece una incongruencia. Disponía de 5 meses para tenerlo terminado y editado… ¡todo un reto para alguien que no había dibujado en su vida!

Y lo conseguimos. Pero no sólo lo conseguimos, sino que el resultado fue espectacular. Y cuando por fin se lo entregamos, en su tercer cumpleaños, nuevamente el nivel de felicidad fue tal que se desbordaba por cada poro de su cuerpecillo. ¡5 veces se lo teníamos que contar cada noche durante los primeros días porque no se cansaba de ver las ilustraciones, ni de que sus papás le contasen la historia una y otra vez! Poco a poco redujimos las veces que lo contábamos hasta una por noche y, con el tiempo, conseguimos volver a tener una variedad en la lectura de cuentos, que por supuesto, incluye relecturas de ¿Dónde está mi corona? de forma periódica.

Portada del primer volumen de la colección mundo gigante, con los gigantes de Pamplona como protagoneistas
Portada del álbum ilustrado infantil ¿Dónde está mi corona?

Esta situación real vivida nos hizo pensar: si nuestro hijo lo ha vivido así, sería bonito compartirlo con otras familias, otros niños, y poder enviar un poquito de esta felicidad infantil a cada casa. A cada familia.

Y así nació la idea para una colección de cuentos ambientada en Mundo Gigante y la creación de la firma Soñando en Gigante.

La conclusión es que en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier ámbito de nuestras vidas, puede surgir algo junto a nosotros que nos inspire y motive para comenzar la aventura de emprender. Por lo que si nuestro sueño es crear nuestra propia empresa, sea del sector que sea, debemos entrenar nuestra mente para que esté alerta a cualquier detalle o señal que nos indique por dónde podemos empezar.

Primer ingrediente: ABRE TU MENTE, ESTÁTE ALERTA y ATENTO A LOS DETALLES.

Hasta aquí, el post Abrir la mente, segunda parte de Cómo empezó todo (o hacer que se cumplan tus sueños). No te pierdas el próximo post, que hablaremos sobre el segundo ingrediente para hacer que tu proyecto se haga realidad, que es creer firmemente en lo que estás haciendo.

CÓMO EMPEZÓ TODO (O CÓMO HACER QUE SE CUMPLAN LOS SUEÑOS)

I – La receta para hacer realidad los sueños.

Quién nos iba a decir hace un año (sí, sí, ¡un año!) que íbamos a hacer algo que fuera digno de abrir una pequeña empresa y de crear una página web para acompañarla. Bueno, pues aunque nos lo hubiesen dicho, no sólo no nos lo hubiéramos creído, sino que nos hubiésemos partido de risa ante la imposibilidad de tal hazaña.

Y sin embargo, aquí estamos. Con más ilusión y ganas que con ánimo empresarial, pero con un proyecto realizado y estrenado: una colección de álbumes ilustrados infantiles cuyos protagonistas son los gigantes y cabezudos de nuestros municipios y ciudades, liderados por los Gigantes de Pamplona (Joshemiguelerico y sus amigos), en un mundo inventado (Mundo Gigante).

La llave de tus sueños la tienes tú

Está claro que no hay una fórmula secreta para conseguir que un proyecto se haga realidad, y aún menos para que además tenga éxito, pero sí que estamos en disposición de facilitar los ingredientes que nos han permitido comenzar a recorrer este camino, del que no conocemos ni su longitud, ni su destino. Para nosotros son estos:

  • abrir la mente, porque la idea puede estar delante de tus narices y no verla hasta que otros la señalen; porque estamos estancados en el conformismo y no avanzamos; porque en nuestra cultura parece que ser empresario es sólo para unos pocos elegidos; y por muchas otras razones que iremos desgranando;
  • creer firmemente en lo que se está haciendo, en cumplir nuestros sueños, porque no hay peor desmotivación que la autogenerada;
  • planificación, planificación y más planificación, con objetivos y plazos. Primero en tu cabeza y luego en interminables listas escritas, para no olvidar nada, que parece que nunca vas a poder completar;
  • trabajo, mucho trabajo, muchas veces sólo y a deshoras; ilusión, preferiblemente inagotable, para soportar todo ese trabajo que te espera; y perseverancia para sacarlo adelante a pesar de los inconvenientes y las críticas que, no lo dudes, surgirán;
  • ganas de aprender, da igual la edad que tengas y lo poco que sepas del tema; es momento de reciclarse o comenzar desde cero; que no te frene el “yo no sé hacer eso”: es otra excusa más para no ponerse manos a la obra;
  • no pensar en el dinero que vas a ganar, sino en los sentimientos que vas a generar en los usuarios de tu proyecto; el dinero deja pronto de ser una motivación porque, no te engañes, no lo verás en mucho tiempo; sin embargo, los sentimiento e ilusiones que puedes provocar los puedes palpar en muchos momentos;
  • evitar querer contentar a todo el mundo, porque tu proyecto tiene que tener un público objetivo establecido; contentar a todos sólo sirve para dar tumbos y no concretar nada;
  • imaginación, iniciativa y decisión, imprescindibles en todas las etapas del proceso; la máxima es “si puedes imaginarlo terminado, toma las riendas y lidera el proyecto”;
  • una pizca de suerte que aderece todo lo anterior, no nos engañemos;
  • y un entorno (reducido) que te apoye y te anime incondicionalmente.

Y si todo esto no funciona a la primera, no dejes de intentarlo una segunda, una tercera y todas las veces que haga falta, eso sí, sin hipotecar tu vida ni la de los tuyos con inversiones desproporcionadas: una buena idea no tiene porqué requerir un presupuesto inicial elevado.

Lanzarse a cumplir un sueño, una, dos y las veces que hagan falta

Es posible que después de leer esto, pienses “¡buah, otro gurú que no concreta nada!”. Nosotros mismos lo hemos pensado tras leer entradas de este tipo. Pero es que esto no termina aquí. Os vamos a contar punto por punto nuestro caso a lo largo de una serie de posts relacionados.

Eso sí, ahí van unas recomendaciones iniciales pero imprescindibles si realmente quieres tomarte esto de emprender en serio:

  1. Apaga la tele, desinstálate los videojuegos y usa internet sólo para aquello que debas consultar relacionado con tus sueños. En general, controla tu ocio y haz que esta labor de emprendimiento sea tu hobbie durante los próximos meses. Si estás trabajando y/o tienes familia, será la única forma de poner sacar tiempo para dedicarle.
  2. Elije la banda sonora de tu proyecto; preferiblemente algo épico, fuerte y poderoso, a poder ser sin letra, sólo música, que te permita pensar y navegar con la imaginación por tus sueños. Algo como la banda sonora de una película de acción. Más adelante os explicaré porqué.
  3. Sé constante, pero no te obsesiones. Ten claras tus prioridades en la vida: familia, trabajo y amigos, y no las aparques para hacerle sitio a tus sueños; más bien quítaselo al punto 1, porque estas tres cosas pueden ser los puntales en los que apoyarte para llevar el proyecto a buen término.
  4. Si finalmente no obtienes los resultados esperados no sientas que has fracasado. Aunque es inevitable cierta frustración, valora todo el camino que has recorrido, lo que has aprendido (que seguro que ni el mejor máster del mercado te lo puede dar) y las habilidades y cualidades que acabas de descubrir que tienes. Seguro que ahora estás más preparado para abordar un nuevo reto como emprendedor.

Y sobre todo tatuaros a fuego en vuestra cabeza que ALCANZAR SUEÑOS ES POSIBLE.

No os perdáis las próximas entradas, que explicaran nuestras vivencias en cada uno de los ingredientes citados. ¡Os esperamos!

DE NIÑOS Y GIGANTES (O ENFOCAR LA ATENCIÓN DE UN NIÑO)

No sé si hemos dejado ya claro que a nuestros hijos, como a muchos niños, les gustan los gigantes. Ven vídeos de sus bailes mientras aporrean el tambor y desafinan con la flauta (sig) acompañando a los gaiteros, ponen en formación a sus réplicas de goma y los hacen danzar, simulan meterse en un gigante y lo bailan, hablan y juegan con sus gigantes de goma imitando la vida real, les encanta todo el merchandising que los rodea (camisetas, puzles, toallas, tazas…y ahora cuentos: ¿Dónde está mi corona?), etc.

Es evidente lo que les gusta y no lo esconden fuera de casa, faltaría más. Por eso, algunas personas del entorno, incluidos otros padres, lo categorizan, sin mala intención, de “obsesión”.

¿Es una obsesión?

No, a nuestro entender.

Y la razón es muy sencilla: la mayor parte de los niños, por no decir todos, necesitan enfocar su atención hacia algo. Ese algo lo hacen suyo (lo que para nosotros sería un hobbie) y se dedican a ello en cuerpo y alma, porque así necesitan hacerlo.

Estamos seguros de que todos conocemos casos de niños que ven una misma película día tras día (por ejemplo, Frozen, que es un fenómeno de este tipo), niños que no se quitan el traje de futbolista o superhéroe ni para bañarse, niños que se conocen los nombres y características de todos y cada uno de los dinosaurios, o de las marcas y modelos de todos los vehículos del mercado,… y así con una infinidad de temas.

Pues a nosotros nos han tocado con los gigantes. Afortunadamente.

Gigantes de Alfaro

¿Potenciamos su afición?

Por supuesto.

Los niños que empiezan a enfocar su atención hacia algo, lo hacen a edades tempranas en las que carecen de medios propios para desarrollarlas. Si no se les ayuda, siempre dentro de unos límites, entendemos que puede terminar siendo algo frustrante para ellos. De ahí que los niños acaben con una colección de dinosaurios de juguete, tengan todas las equipaciones deportivas de un equipo año tras año, copias de películas rayadas….o gran cantidad de réplicas de goma de gigantes y cabezudos.

Por eso, sea cual sea su foco de atención, los padres deberían involucrarse. Pero, atención, involucrarse implica participar. El hecho de comprar y comprar el merchandising que a todos los niños les entra por los ojos no implica que sea suficiente. Al hilo de un post anterior (Tiempo a pasar con un hijo, ¿cantidad o calidad?) , el entorno, principalmente los padres, tienen que estar ahí con ellos, interactuando.

Sino, terminará siendo algo vacío.

Volviendo a los gigantes, nosotros empezamos fabricándole gigantes con rollos de papel y botellas de agua (verás el resultado en post futuros), buscando vídeos de las comparsas, aprendiendo los nombres de las figuras, saliendo de excursión a las fiestas de los pueblos del entorno para verlos in situ, escribiendo y dibujando cuentos (de ahí salió ¿Dónde está mi corona? y este bonito proyecto de Soñando en Gigante), comprando réplicas de goma y, sobre todo, tirándonos con ellos al suelo a jugar e inventar historias.

Algunas veces tenemos la sensación de que para muchos, por el hecho de no estar tan extendidos, el que a un niño le gusten los gigantes es una obsesión, mientras que no lo es que le guste Mickey Mouse o la Patrulla Canina, aunque coleccione todo lo que salga de estos personajes foráneos.

¿Será porque a estos últimos nos los han metido comercialmente hasta en la sopa? Por supuesto que esa es la razón. Aunque en realidad poco nos importa.

Por otro lado, el hecho de que centren su atención en un tema no implica que dejen de hacer otras cosas que también les pueden gustar: chutar la pelota, montar en bici, jugar con coches y animales, hacer marionetas, pintar, bailar canciones infantiles, jugar al escondite o a pillar, saltar en camas elásticas y montarse en los cacharritos de la feria, salir de excursión, ver dibujos animados, etc.

Y sin duda, creemos que centrar la atención en algo les sirve para reforzar su autoestima ante terceras personas, al ser ellos los “expertos e importantes” en dicha materia (no hay más que ver con qué emoción responden cuando les preguntan por lo que les gusta), o para empatizar y socializarse con niños que desarrollan esa misma afición (si a un niño le cuesta poco hacer amigos, con uno que hace lo mismo que él/ella aún menos).

Por ello, a edades tempranas, es muy importante que los padres presten mucha atención a sus hijos para detectar qué les puede motivar. A partir de ahí, probar a desarrollar dicha motivación y, si realmente les gusta, potenciarla.

Más adelante daremos una lista de las razones de por qué nos encanta que nuestros hijos se hayan decantado por los gigantes, aunque os adelantamos que una de ellas es que también lo disfrutamos los padres.

¡No os lo perdáis!

LISTADO DE CUENTOS INFANTILES IMPRESCINDIBLES

¿No os ha pasado, como padres, cuando queremos comprar algún cuento infantil para nuestro hijo, ojeamos y ojeamos, y muchas veces nos cuesta mucho decidirnos?

Además, es difícil encontrar reseñas que nos convenzan, y muchas veces, los compramos sin tenerlo muy claro. Nosotros, que somos grandes amantes de la lectura, queremos aportar nuestro granito de arena: tenemos un listado de los cuentos infantiles con los que más contentos hemos quedado, nosotros como padres, y que más han disfrutado los pequeños: nuestros imprescindibles. Esperamos que, en ese sentido, esta lista os pueda servir para futuras adquisiciones.

Estos cuentos, que os describimos a continuación, siguen siendo parte importante de las lecturas nocturnas antes de acostarnos. Eso sí, debo decir que siguen sorprendiendo a los pequeños porque cada poco tiempo hacemos nuevas interpretaciones de los mismos, que provocan risa o curiosidad.

Y es que hacer que los cuentos estén vivos y no relaten siempre las mismas historias es trabajo de los padres.

Este listado de cuentos infantiles no es un ranking. Nosotros nos quedamos con todos:

¿Puedo mirar tu pañal? 

De Guido Van Genechten (Editorial sm). Esta publicación está pensada para ayudar a los papás y a las mamás a quitar el pañal a los más pequeños. No afirmaremos que se consigue gracias a este libro, pero ayuda a los niños a ir interiorizando los conceptos. Sirve tanto para quitar el pañal, como para cuando, ya lo hemos conseguido, superar ese primer periodo en el que los pequeños suelen tener problemas de manchar la ropa interior hasta que consiguen pedir ir al baño sin problemas. Si encima bautizas al personaje principal con el nombre de tu hijo/hija, y al resto le pones nombres de niños conocidos, el efecto se ve potenciado. ¡Y las risas aseguradas!

¿Puedo mirar tu pañal?

¡Un hipopótamo en la bañera!

De Kyoko Matsuoka y Akiko Hayashi. Es un precioso álbum ilustrado de origen japonés en el que un niño se da un baño. Su bañera se convierte en el punto de encuentro de varios animales que quieren compartir con el niño esa actividad, y le acompañan durante todo el proceso. Muy recomendable poner voces a los animales. En nuestro caso, la modificación más graciosa, que sigue teniendo efecto, es, cuando nuestro pequeño ya sabe contar hasta 10, decir que la tortuga sólo sabe contar hasta 1, los pingüinos hasta 2, la foca hasta 4 y el hipopótamo no sabe contar. El niño se parte de risa.

¡Un hipopótamo en la bañera!

El monstruo de colores

De Anna Llenas. Historia muy sencilla pero muy efectiva que relaciona sentimientos con colores. El modelo pop-up, aunque más caro, a nuestro entender merece la pena. Lo más divertido es al final, después del contar el cuento, cuando para ir a dormir nos echamos algunos colores encima. Le vas preguntando al niño y siempre llega a la misma conclusión: que tenemos que ponernos un poquito de rosa (para el beso y el abrazo de buenas noches) y mucho verde (para dormir muy tranquilos). El resto de colores hay que guardarlos bien tapados en sus botellas. Y el negro bajo llave. Por cierto, el día que nos pasamos echándonos color rosa, el monstruo de los besos y las cosquillas acude a comerse al niño a besos…y él riendo encantado. Recientemente ha salido la segunda parte.

El monstruo de colores

Elmer

De David Mckee. Elmer es un elefante de colores muy especial, que vive diferentes aventuras muy divertidas y entretenidas. Tiene un amplio elenco de secundarios que le acompañan, a cual más especial. Es un personaje muy atractivo para los pequeños. Además, tiene mucho merchandising (puzles, juegos, muñecos, etc.). Estos cuentos tienen ilustraciones muy coloridas y textos, por lo que son recomendables para un rango más amplio de edad. Además, tiene muchas historias publicadas.

Elmer

Los tentáculos de Blef

De Eva Clemente y Teresa Arias. Blef es otro personaje que relaciona colores con sentimientos, aunque a diferencia del monstruo de colores, lo hace ante situaciones “reales”, como el primer día de colegio, la marcha de un amigo, una rabieta por no conseguir lo que quiere, etc. El personaje es muy carismático y cae bien enseguida a pesar de ser un extraterrestre con muchos ojos. Lo original es que cada cuento va acompañado de una pequeña guía para ayudar a los padres y educadores a actuar ante las situaciones recogidas en las historias.

Los tentáculos de Blef

El gran, gran, gran dinosaurio

De Richard Byrne. Es una historia sencilla, con tres dinosaurios, unas chucherias y una moraleja sobre compartir. Sin grandes pretensiones, es un cuento divertido y que puede hacer reflexionar al niño sobre su comportamiento ante otros niños.

El gran, gran, gran dinosaurio

¿Dónde está mi corona?

De F.J. Nialet, y el sello Soñando en Gigante. Sin duda tenemos que poner este cuento, ya que nos ha marcado a todos. Ilustraciones de gran colorido y textos con letra clara, acompañan una historia elaborada, con giros muy graciosos y sorprendentes para que el niño se divierta.

Para los que conocen a los protagonistas, que son los gigantes de Pamplona, el cuento en sí ya es un gancho. Para los que no, la historia les cautiva y hace que los papás tengan que contarlo una y otra vez. Todo un acierto. Además, nos han llegado comentarios de padres contándonos que el cuento ha conseguido motivar a la lectura a niños que hasta la fecha no querían ver un libro ni en pintura.

Portada de ¿Dónde está mi corona?, con Joshemiguelerico y el resto de gigantes de Pamplona
Portada de ¿Dónde está mi corona?

La característica común de todas estas historias infantiles, a diferencia de los cuentos clásicos, es que no tienen personajes malvados que inviten a los pequeños a tener pesadillas, por lo que son perfectos para contarlos antes de dormir.

¡Ojo! Con esto no queremos decir que estemos en contra de los cuentos clásicos con los que todos hemos crecido , como Los tres cerditos, La Cenicienta o Caperucita Roja, por citar algunos, sino que creemos que igual son más adecuados para otros momentos del día. Y es que el lobo feroz es fuente de multitud de pesadillas infantiles.

Por último, nos gustaría destacar un par de publicaciones, ya descatalogadas, e incluso relegadas de las bibliotecas a la oscuridad de los archivos. Nuestro recuerdo de los mismos nos hace traerlos a este listado, a pesar de la imposibilidad de encontrarlos ahora. La peculiaridad era que mezclaban las aventuras de los personajes con juegos y manualidades, y eran ideales para pasar una tarde de domingo en familia. Igual a algunos de vosotros os suenan las aventuras de un pequeño ratón llamado Camenbert:

Las 100 y una actividades, juegos, inventos y aventuras de Camembert en el desierto

Camembert en el desierto

Las 100 y una actividades, juegos, inventos y aventuras de Camenbert en la selva

Camembert en la selva

Estos son los cuentos que han marcado a nuestros hijos, y que más nos han gustado como padres. Ahora os invitamos a que comentéis la selección e incluso la ampliéis con vuestras experiencias.

¡Esperamos vuestras valoraciones!

TIEMPO A PASAR CON UN HIJO: ¿CANTIDAD O CALIDAD?

JUAAAA, JA, JA, JA, JA, JA, JA, JUAAAA, JA, JA, JA… un momento que ya termino de reírme. Y es que es para morirse de risa con este supuesto debate sobre el tiempo, del que he leído varios artículos técnicos y de opinión. Todos muy serios, eso sí.

La verdad es que me parece increíble que se pueda decir que «con pasar media hora al día con un hijo, eso sí, en tiempo de calidad, es suficiente». Incluso hay quien lo rebaja a 5 minutos, que me imagino que serán de superrequeteultramega calidad.

Pero eso no es lo que nosotros pensamos.

Vamos a partir de una recreación muy burda del tiempo que pasamos los padres con los hijos. Tengo dos opciones para vosotros. Elegid la que más os represente:

1. El tiempo que paso con mi hijo/a consiste, en su mayoría, en estar en la misma habitación o lugar, yo con mi Tablet, mi móvil, viendo la tele y/o hablando con otros adultos mientras el niño/a juega sólo, con sus amigos o está entretenido con otro dispositivo electrónico, viendo dibujos o jugando a videojuegos.
2. El tiempo que paso con mi hijo/a consiste, en su mayoría, en interactuar.

Siento decirte que el primer caso no es pasar tiempo con tu hijo/a. Ni de calidad ni de no calidad. Repito, no estás pasando tiempo con tu hijo/a. Si fuera así, viajar en cualquier transporte público sería estar pasando tiempo con toda esa gente desconocida que nos acompaña físicamente. Y eso es lo que haces con tu hijo/a, os acompañáis físicamente. Y de paso te estás engañando a ti mismo.
El segundo caso, sin embargo, es otra cosa. Si el tiempo que estáis juntos lo pasáis interactuando, sí que compartís el tiempo. Y aquí no hay tiempo de poca calidad. Ningún tiempo que pasas con tus hijos, bajo esta premisa, es de baja calidad. Y da igual lo que estéis haciendo: mantener una conversación sobre cómo ha ido el día, jugar a un juego de mesa o al escondite, ver un programa en la tele juntos comentándolo, salir a hacer deporte, preparar la cena, hacer manualidades, repasar alguna materia escolar, etc. Este sí que es tiempo que pasas con tus hijos.

Te planteo la pregunta de otra forma, ¿tus recuerdos con tu madre/padre son pasando el rato en una habitación sin hacer nada o, por el contrario. cuando quieres recordar a tu madre/padre te remontas a situaciones en las que estabais interactuando? Seguro que te respondes tu mismo.

Recreación de un recuerdo exagerado sobre el aislamiento cuando cada uno esta con diferentes dispoistivos electronicos sin interactuar
¿Esto es pasar tiempo con los hijos?

Dejando claro que no existe la calidad del tiempo, sino que existe que pases o no pases tiempo con tu hijo, lo que es importante es la cantidad que empleas.

Lo más normal, es que hayas llegado a un equilibrio entre las dos opciones anteriores que os dábamos. Y es que no somos dioses, ni superhéroes.

Está claro que es complicado, por no decir imposible, conciliar de forma real nuestras vidas profesionales y nuestros deseos de ocio, con pasar el tiempo con nuestros hijos. Porque no nos engañemos, no siempre es por el trabajo, sino por lo que nos gusta hacer a nosotros solos o en otra compañía.

En la inmensa mayoría de los casos, las jornadas de trabajo no pueden verse reducidas ni flexibilizadas para pasar más tiempo con los pequeños. Esa cacareada conciliación familiar es una utopía que nos quieren hacer creer. Así que nos olvidamos de poder rascar algo de aquí. ¿Qué nos queda? Nuestro tiempo personal. Nuestro ocio.

Aquí es donde somos un poco egoístas. Donde realmente no nos esforzamos lo suficiente. Y es dónde realmente podemos conseguir tiempo. No es cuestión de renunciar a todo, pero sí de cambiar o reducir horarios para dedicárselos a algo nuevo: emplearlo en interactuar con los niños. Llegar a casa después de trabajar, haber ido al gimnasio y/o haberse tomado una cerveza con los compañeros/as no debería ser excusa para sentarse en el sofá y soltar los típicos “estoy muy cansado”, “he madrugado mucho”, y decirle al niño/a “juega tú sólo un poquito que papá/mamá está muy cansado”, “ahora no”, y/o cargarles de actividades extraescolares para ”mantenerlos ocupados” o «agotarlos».

Esto se acrecienta en vacaciones, fines de semana y festivos. Y es muy fácil detectarlo. Si tienes coletillas del tipo “estoy mejor trabajando” o “prefiero venir a trabajar porque es cuando estoy de vacaciones de verdad”, quizás deberías plantearte que el tiempo que pases con tus hijos no debe ser por obligación y a regañadientes. Debe ser divertido para todos.

La interactuación entre padres, madres e hijos puede darse en cualquier sitio desarrollando infinidad de actividades divertidas para todos.
Interactuar, con cualquier actividad, dentro o fuera de casa

Por supuesto que es duro, pero ya que hay que hacerlo, ¿por qué no hacerlo bien y con alegría? ¿Cómo conseguirlo? Ahí van tres consejos:
1. Cambia el chip. Cuando estés con tus hijos no estés pensando lo bien que estarías haciendo otra cosa. Hacer marionetas, inventar historias, jugar con sus juguetes, todo de acuerdo a la edad de cada niño. Hazlo como si te dedicases a ello.
2. Haz tuyas aficiones o habilidades que tenga tu hijo, trabájalas y cógeles el gustillo; incluso ver dibujos animados con él, aprender una habilidad o un idioma y/o probar con manualidades o actividades para las que nunca antes has tenido tiempo. Nunca es tarde. En resumen, diviértete y diviérteles a ellos.
3. Busca actividades que se puedan hacer en familia. Excursiones, visitas y eventos como conciertos y festivales infantiles, teatros, marionetas, salidas a la naturaleza (campo, montaña, río), picnic, centros de interpretación, etc. Puedes encontrar actividades de este tipo en multitud de agendas infantiles que se publican, como “El Balcón de Mateo” en La Rioja o “Se me cae la casa encima” en Navarra

¿Se puede aunar todo?

Por supuesto. Aunque hay infinidad de fórmulas, nosotros lo hemos conseguido con los gigantes (sí, sí, los gigantes):
Excursiones en familia por la geografía más cercana para conocer a estas figuras en vivo y en directo. Preferiblemente durante las fiestas del municipio o en concentraciones de gigantes programadas (gigantadas). Y de paso disfrutar de las localidades y de sus gentes, de su gastronomía, sus paisajes y sus costumbres.
• Diferentes actividades en casa con ellos como protagonistas: jugar con sus figuras de goma, hacer puzles, inventar historias divertidas, dibujarlos y pintarlos, imitar sus bailes, buscar vídeos de gigantes para luego reconocerlos, etc.
• Con nuestra propuesta literaria, ¿Dónde está mi corona?, y la colección Mundo Gigante, entre otra literatura infantil (de la que próximamente haremos un ranking de los que más nos gustan), leer cuentos y recrearlos, es otra de esas actividades que se hacen entre madres, padres e hijos.
• Y, si tenéis la posibilidad, acercaros a una asociación o comparsa de gigantes y colaborad con ellos. Vividlo desde dentro con los niños. Os enganchará a todos. Y las comparsas y la propia tradición de los gigantes, lo agradecerán.

Cada uno puede buscarse su propia fórmula en forma de actividades que requieran pasar tiempo con los hijos. Nadie dice que sea fácil o siempre posible, ni mucho menos que tenga que ser 24 horas al día, pero si haces un esfuerzo, seguro que encuentras un equilibrio entre tus obligaciones, tu tiempo y el que puedes emplear con los más pequeños. Y, además, disfrutarlo.

Tan sólo ten en cuenta que pasar tiempo es INTERACTUAR, no estar de cuerpo presente.

Porque pasar tiempo con tus hijos es generarles recuerdos. Buenos recuerdos

ESTRENO DE SOÑANDO EN GIGANTE

Como todo lo que rodea a Soñando en Gigante, este blog también está de estreno. Pero hemos decidido que hoy no le robe protagonismo a la gran apuesta infantil con la que comenzamos toda esta aventura.

Hoy, lo verdaderamente importante, es la presentación del primer álbum ilustrado de la colección Mundo Gigante, titulado ¿Dónde está mi corona?, al que esperamos que sigan muchos otros números. Lo podéis adquirir en nuestra tienda on-line, sin gastos de envío, además de en otros puntos de venta físicos de los que os iremos informando.

¿Cómo será nuestro blog Gigante?

Os adelantamos que este Blog está escrito por padres que se dirigen a otros padres. El objetivo es tratar diferentes temas en base a las experiencias vividas, dejando a otros la teoría y las sesudas disertaciones.

Nos centraremos en la realidad cotidiana del día a día.

No se trata de aleccionar a nadie, ni de ser ejemplo de nada. Tan sólo creemos que las experiencias son mucho más ilustrativas y, sobre todo, cercanas a la hora de intentar transmitir algo.

Publicaremos sobre temas relacionados con la infancia, la mayoría de las veces vinculándolos a nuestros grandes amigos, los gigantes, aunque estamos abiertos a gran diversidad de materias. Habrá entradas sobre:

  • literatura infantil,
  • gigantes y todo lo que les rodea,
  • educación,
  • sueños y deseos, tanto de padres como de hijos,
  • empresa,
  • experiencias vividas,
  • espectáculos y juegos,
  • manualidades y descargas interesantes y relacionadas con nuestros álbumes ilustrados,
  • iniciativas y acciones dirigidas a ayudar a los niños
  • aquellos temas que aúnen lo que nos gusta: infancia, familia, gigantes, literatura, experiencias.

Contaremos, en alguna ocasión, con la participación de educadores y pedagogos. Además, nos gustaría contar con vuestra participación, no sólo en forma de comentario o de seguimiento a la página, sino de publicación de entradas. Por ello, si en alguno de los temas que vayamos a tocar o hayamos tocado tienes algo interesante, divertido o ilustrativo que contar y no dispones de otro medio, haznos llegar tu relato y podrás verlo publicado en este blog con tu firma, por supuesto.

Y sobre todo, daremos prioridad a entradas que por su carácter solidario y/o colaborativo, puedan servir para ayudar a niños que lo necesiten.
No somos gurús, ni psicólogos; no somos fríos empresarios ni ONGs; sólo somos unos padres, como tantos de vosotros, embarcados en la aventura de criar y educar a nuestros hijos. Ni más, ni menos.

Si aún te estás preguntando que qué es esto de Soñando en Gigante, pincha sobre nuestro logo, a continuación.

Logo Soñando en Gigante, que representa el espíritu infantil y colorido de nuestras publicaciones de gigantes, con nuestros protagonistas, los gigantes de Pamplona
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