CUENTOS CON VALOR AÑADIDO: EXPERIENCIAS REDONDAS

Un cuento infantil ilustrado, de por sí, ya es una gran experiencia para el niño al que va dirigido. De lo contrario, algo no está bien. Ya sea porque el propio álbum sea plano o gris, sin ningún aliciente en sus ilustraciones o en la historia que motive al pequeño, o porque nos hayamos equivocado en la edad a la que va dirigido, lo que hace que sea incomprensible o demasiado sencillo, e incluso por cómo se lo contamos los padres, descafeinando aquello que podría ser emocionante, divertido o simplemente entretenido.

También es cierto que en nuestro afán por inculcar valores, los progenitores a veces nos dejamos llevar por publicaciones que, aunque transmitan aquello que buscamos, se olvidan un poco de la parte divertida.

Por ello, una vez hemos encontrado el/los álbumes que cumplen con todos los requisitos para gustar tanto al niño como a los padres, es necesario hacer de la lectura una buena experiencia. Si se hace justo al acostar al niño, puede convertirse en un momento familiar o íntimo entre padre-madre e hijo-hija, lo que consigue elevar el interés del pequeño por la lectura (y en concreto por la del cuento/s que hayamos elegido), gracias a haber creado ese momento especial.

Hay cuentos que pueden alargar aún más el interés de los pequeños. En algunos casos,  alrededor del cuento se genera una serie de merchandising que puede animar a los niños a representar la historia o a vivir otras situaciones inventadas con los personajes que han conocido. Esto da lugar a interesantes y divertidas variables a la hora de contar los cuentos, como pueden ser los teatrillos, con muñecos haciendo de marionetas y padres poniendo voces.

Por otro lado, en una línea un poco diferente, están los álbumes que proceden de personajes, normalmente televisivos, que se limitan a desarrollar un capítulo de la serie, sin más complicación, por lo que, además de ser publicaciones de poco valor, el pequeño pierde pronto el interés por la historia, ya que la puede disfrutar en movimiento. Es el caso de personajes como Peppa Pig, La Patrulla Canina o Bob Esponja.

Nos permitimos una honrosa excepción con Disney, dado que tiene publicaciones que sí que están por encima del modelo que acabamos de explicar, ya que suelen estar mucho más trabajadas (¡Ojo!, que esta franquicia es muy grande y nos podemos encontrar de todo).

Por último, están aquellas publicaciones que pueden conseguir lo que nosotros llamamos una EXPERIENCIA REDONDA. Y redonda para los niños es algo que difícilmente van a poder olvidar. Y nosotros, los padres, tampoco.

Son aquellas en las que se puede llegar a interactuar en la realidad con los personajes de ese mundo fantástico recogido en el cuento.

Publicaciones que puedan extender sus contenido al mundo real: EXPERIENCIAS REDONDAS

No es fácil encontrar este tipo de publicaciones, por los requisitos que deben cumplir, pero las hay. Resumiendo, cuentos que cumplan lo siguiente:

1. Gustar al niño: con ilustraciones llamativas e historias entretenidas y divertidas.

2. Convencer a los padres: con valores que hagan mella en el niño desde la diversión.

3. Con mechandising: que ofrezca distintas posibilidades de creatividad y desarrollen la imaginación de los pequeños.

4. Con la posibilidad de interactuar con los personajes en el mundo real

Difícil, ¿no?

Aquí os traemos una de esas publicaciones. Y diréis, sí claro, qué fácil es decirlo. Bueno, ahí va la explicación de por qué está publicación es una EXPERIENCIA REDONDA:

1. Gustar al niño:

estamos recibiendo un feedback impresionante de los papás y las mamás que se lo han regalado a sus pequeños. Nos llegan gran número de felicitaciones e historias de niños que duermen con el cuento en brazos y que sólo quieren escuchar ese cuento noche tras noche. ¡Incluso de niños a los que no les gustan los gigantes!

2. Convencer a los padres:

ya no sólo a los padres, que sabemos que sí gracias a las felicitaciones recibidas, sino a profesores y pedagogos: dos colegios de diferentes ciudades se han puesto en contacto con nosotros para realizar sendos proyectos educativos, con sus alumnos, teniendo como eje central el cuento que os presentamos.

3. Merchandising:

no hay más que echar un vistazo por internet para encontrarlo. Nosotros destacamos los muñecos de goma. Sin duda los juguetes más y mejor amortizados, son una fuente inagotable de nuevas historias y una gran herramienta para el desarrollo de la imaginación. Aunque también son interesantes otros productos como puzles, tazas, disfraces… y gran cantidad de videos en YouTube para que los niños disfruten con los bailes.

4. Posibilidad de interactuar en la vida real:

estos personajes, en concreto, se pueden visitar de forma gratuita en Pamplona. Para los que no conocéis esta preciosa ciudad navarra, puede ser la excusa perfecta para hacer una escapada en fechas señaladas en las que salgan los gigantes, como puede ser la semana de San Fermín, y vivir sus fiestas por el día. No hay palabras para describir lo que sienten los pequeños que conocen el cuento cuando ven a estos personajes desfilar por las calles bailando; cuando pueden acercarse a tocarlos e incluso a meterse debajo de ellos. Os aseguramos que es indescriptible.

¿Dónde está ese cuento?

Mirad el video que os dejamos a continuación…y no os olvidéis de seguir SOÑANDO EN GIGANTE.

 

 

CÓMO EMPEZÓ TODO II: ABRIR LA MENTE

II – ABRIR LA MENTE,

porque la idea puede estar delante de tus narices y no verla hasta que otros la señalen.

Continuando con el post Como empezó todo (o como hacer que se cumplan tus sueños), no vamos a teorizar, os vamos a contar nuestro caso que creo que ilustra más que cualquier divagación sesuda.

Hace un tiempo, nuestro hijo, con algo más de 2 años, tenía un miedo atroz a acercarse a los gigantes de nuestra localidad cuando salían en las fiestas, pero a la vez, le atraían. Así que decidimos ponerle algún video en casa para que los conociera un poco y se acostumbrase a verlos. Le encantaba mirar por la tele cómo bailaban.

Un fin de semana que lo dejamos con sus tíos, el niño pidió ver a los gigantes, y como sus tíos no sabían muy bien lo que pedía, buscaron videos de gigantes por internet, con tan buena suerte que salieron los gigantes de Pamplona. De casualidad. Cuando regresó a casa, el crio sólo quería verlos a ellos.

Visionando los videos con él, nos preguntó cómo se llamaban. Nosotros, que sólo conocíamos a los de nuestro municipio, buscamos por internet y se lo dijimos… ¡qué nombres tan extraños y divertidos!: Joshemiguelerico, Joshepamunda, Sib Ab el Mohame, Esther Arata, Selim pia Elcalzao, Larancha la, Toko-toko y Braulia.

Poco a poco, y tras leer sobre ellos un poco más en la red, también nos engancharon a nosotros. Y continuamos leyendo sobre ellos. Descubrimos entonces que había juguetes de goma de estas figuras, pero antes de comprar la primera pareja, decidimos comprobar si realmente nuestro hijo jugaría con ellos. ¿Cómo? Fabricándole primero unos de andar por casa.

“¿Quieres que papá te haga unos gigantes de juguete?”. “¡Síiiii!”, respondió entusiasmado.

Os partiréis de risa al verlos (los hicimos en 5 minutos escasos), pero no os podéis imaginar el resultado. El niño, emocionado, no los soltaba: los ponía en fila, los bailaba, les daba vueltas…, todo como lo veía en la tele. Y para él eran los mejores gigantes del mundo… ¡si incluso los reconocía, aunque parezca mentira! Otra cosa no, pero imaginación gasta un rato.

Tras un par de días, decidimos mejorárselos. Y nos pusimos manos a la obra.

Os adjuntamos una foto del resultado.

Resultado de los primeros gigantes hechos manualmente
A los lados, los primeros gigantes (gigantes-tubo). Los cuatro centrales, los gigantes-botella, mejorados

Más grandes, mejor dibujados, coloreados y algo más reconocibles, el crio saltaba de alegría cada vez que terminábamos uno, y nos animaba a ir a por otro. Y lejos de apartar a los primeros, los integraba a todos. Nos sorprendió mucho esa reacción, así que tras unos días de bailoteos intensivos de rollos de cartón y botellas de plástico camufladas, decidimos comprarle su primer gigante: el rey europeo.

Imagen tomada en Pamplona durante las fiestas de San Fermín
Imagen real de Joshemiguelerico

¡No podéis imaginar (o quizás sí, si habéis vivido algo similar) su cara cuando los vio por primera vez! Gritos de alegría, saltos, risas, nervios, sorpresa… Era muy complicado para él gestionar tanto sentimiento positivo junto. Y fue increíble para nosotros.

Poco a poco se incorporaron más gigantes de goma a la familia (ya contaremos en otro post cómo se los hicimos llegar), pero echábamos algo en falta: cuentos, que narrasen historias y aventuras de estos personajes, y que cubriesen nuestras expectativas como padres, ya que nos encanta leer, e inculcar este hábito a nuestros hijos, a través de los cuentos, es un valor que potenciamos.

Y nuevamente, sus padres, muy dispuestos, nos pusimos manos a la obra a escribirlo. Cuando tuvimos la historia, nos faltaban las ilustraciones, pero no sabíamos dibujar, y nos planteamos hacerlo por encargo, pero ya habíamos tenido una experiencia así y, aunque estuvo bien, no terminó de llenarnos. Así que papá dijo…”tranquilos, que yo lo intento”. Viendo el resultado de los gigantes, pensaréis que vaya patata iba a quedar, pero me lie la manta a la cabeza, me compré un bloc, unos lápices, y tras leer un poco por internet sobre técnicas de ilustración, decidí empezar a hacer bocetos.

Os aseguro, y lo puedo jurar, que yo no sabía dibujar. Pero me lo tomé en serio: visualicé lo que quería, elegí un modelo (Mohame, de Pamplona) e hice mis primeros bocetos del personaje. Aquí están frente al personaje real.

Imagen de Mohame tomada en Pamplona durante las fiestas de San Fermín
Imagen real de Mohame

Yo fui el primer sorprendido con el resultado. Cuando los terminé, los sometí al veredicto del juez experto, mi hijo, y nos quedamos con el tercero.

Le gustaron tanto los dibujos, que cada día me pedía que le dibujase a un gigante, y tras verlo, me hacía ver todos los que ya tenía esbozados desde el primero. Nuevamente era la imagen de la felicidad viéndolos. ¡Y hechos por su papá!

Terminé de realizar los bocetos de los personajes, y comencé con las escenas. Además, por las noches, empecé a seguir tutoriales sobre software de ilustración, hasta que vi uno que me convenció (ya os contaré cual y cómo aprendí desde cero a manejarlo).

Noche tras noche iba dibujando, primero a mano y luego de forma digital, eso sí, en secreto y con nocturnidad, porque iba a ser un regalo de cumpleaños sorpresa, y no estaba dispuesto a quitar tiempo de estar con mis hijos durante el día para hacerlo. Aunque fuera un regalo para ellos, sobre todo porque ese hecho me parece una incongruencia. Disponía de 5 meses para tenerlo terminado y editado… ¡todo un reto para alguien que no había dibujado en su vida!

Y lo conseguimos. Pero no sólo lo conseguimos, sino que el resultado fue espectacular. Y cuando por fin se lo entregamos, en su tercer cumpleaños, nuevamente el nivel de felicidad fue tal que se desbordaba por cada poro de su cuerpecillo. ¡5 veces se lo teníamos que contar cada noche durante los primeros días porque no se cansaba de ver las ilustraciones, ni de que sus papás le contasen la historia una y otra vez! Poco a poco redujimos las veces que lo contábamos hasta una por noche y, con el tiempo, conseguimos volver a tener una variedad en la lectura de cuentos, que por supuesto, incluye relecturas de ¿Dónde está mi corona? de forma periódica.

Portada del primer volumen de la colección mundo gigante, con los gigantes de Pamplona como protagoneistas
Portada del álbum ilustrado infantil ¿Dónde está mi corona?

Esta situación real vivida nos hizo pensar: si nuestro hijo lo ha vivido así, sería bonito compartirlo con otras familias, otros niños, y poder enviar un poquito de esta felicidad infantil a cada casa. A cada familia.

Y así nació la idea para una colección de cuentos ambientada en Mundo Gigante y la creación de la firma Soñando en Gigante.

La conclusión es que en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier ámbito de nuestras vidas, puede surgir algo junto a nosotros que nos inspire y motive para comenzar la aventura de emprender. Por lo que si nuestro sueño es crear nuestra propia empresa, sea del sector que sea, debemos entrenar nuestra mente para que esté alerta a cualquier detalle o señal que nos indique por dónde podemos empezar.

Primer ingrediente: ABRE TU MENTE, ESTÁTE ALERTA y ATENTO A LOS DETALLES.

Hasta aquí, el post Abrir la mente, segunda parte de Cómo empezó todo (o hacer que se cumplan tus sueños). No te pierdas el próximo post, que hablaremos sobre el segundo ingrediente para hacer que tu proyecto se haga realidad, que es creer firmemente en lo que estás haciendo.

CÓMO EMPEZÓ TODO (O CÓMO HACER QUE SE CUMPLAN LOS SUEÑOS)

I – La receta para hacer realidad los sueños.

Quién nos iba a decir hace un año (sí, sí, ¡un año!) que íbamos a hacer algo que fuera digno de abrir una pequeña empresa y de crear una página web para acompañarla. Bueno, pues aunque nos lo hubiesen dicho, no sólo no nos lo hubiéramos creído, sino que nos hubiésemos partido de risa ante la imposibilidad de tal hazaña.

Y sin embargo, aquí estamos. Con más ilusión y ganas que con ánimo empresarial, pero con un proyecto realizado y estrenado: una colección de álbumes ilustrados infantiles cuyos protagonistas son los gigantes y cabezudos de nuestros municipios y ciudades, liderados por los Gigantes de Pamplona (Joshemiguelerico y sus amigos), en un mundo inventado (Mundo Gigante).

La llave de tus sueños la tienes tú

Está claro que no hay una fórmula secreta para conseguir que un proyecto se haga realidad, y aún menos para que además tenga éxito, pero sí que estamos en disposición de facilitar los ingredientes que nos han permitido comenzar a recorrer este camino, del que no conocemos ni su longitud, ni su destino. Para nosotros son estos:

  • abrir la mente, porque la idea puede estar delante de tus narices y no verla hasta que otros la señalen; porque estamos estancados en el conformismo y no avanzamos; porque en nuestra cultura parece que ser empresario es sólo para unos pocos elegidos; y por muchas otras razones que iremos desgranando;
  • creer firmemente en lo que se está haciendo, en cumplir nuestros sueños, porque no hay peor desmotivación que la autogenerada;
  • planificación, planificación y más planificación, con objetivos y plazos. Primero en tu cabeza y luego en interminables listas escritas, para no olvidar nada, que parece que nunca vas a poder completar;
  • trabajo, mucho trabajo, muchas veces sólo y a deshoras; ilusión, preferiblemente inagotable, para soportar todo ese trabajo que te espera; y perseverancia para sacarlo adelante a pesar de los inconvenientes y las críticas que, no lo dudes, surgirán;
  • ganas de aprender, da igual la edad que tengas y lo poco que sepas del tema; es momento de reciclarse o comenzar desde cero; que no te frene el “yo no sé hacer eso”: es otra excusa más para no ponerse manos a la obra;
  • no pensar en el dinero que vas a ganar, sino en los sentimientos que vas a generar en los usuarios de tu proyecto; el dinero deja pronto de ser una motivación porque, no te engañes, no lo verás en mucho tiempo; sin embargo, los sentimiento e ilusiones que puedes provocar los puedes palpar en muchos momentos;
  • evitar querer contentar a todo el mundo, porque tu proyecto tiene que tener un público objetivo establecido; contentar a todos sólo sirve para dar tumbos y no concretar nada;
  • imaginación, iniciativa y decisión, imprescindibles en todas las etapas del proceso; la máxima es “si puedes imaginarlo terminado, toma las riendas y lidera el proyecto”;
  • una pizca de suerte que aderece todo lo anterior, no nos engañemos;
  • y un entorno (reducido) que te apoye y te anime incondicionalmente.

Y si todo esto no funciona a la primera, no dejes de intentarlo una segunda, una tercera y todas las veces que haga falta, eso sí, sin hipotecar tu vida ni la de los tuyos con inversiones desproporcionadas: una buena idea no tiene porqué requerir un presupuesto inicial elevado.

Lanzarse a cumplir un sueño, una, dos y las veces que hagan falta

Es posible que después de leer esto, pienses “¡buah, otro gurú que no concreta nada!”. Nosotros mismos lo hemos pensado tras leer entradas de este tipo. Pero es que esto no termina aquí. Os vamos a contar punto por punto nuestro caso a lo largo de una serie de posts relacionados.

Eso sí, ahí van unas recomendaciones iniciales pero imprescindibles si realmente quieres tomarte esto de emprender en serio:

  1. Apaga la tele, desinstálate los videojuegos y usa internet sólo para aquello que debas consultar relacionado con tus sueños. En general, controla tu ocio y haz que esta labor de emprendimiento sea tu hobbie durante los próximos meses. Si estás trabajando y/o tienes familia, será la única forma de poner sacar tiempo para dedicarle.
  2. Elije la banda sonora de tu proyecto; preferiblemente algo épico, fuerte y poderoso, a poder ser sin letra, sólo música, que te permita pensar y navegar con la imaginación por tus sueños. Algo como la banda sonora de una película de acción. Más adelante os explicaré porqué.
  3. Sé constante, pero no te obsesiones. Ten claras tus prioridades en la vida: familia, trabajo y amigos, y no las aparques para hacerle sitio a tus sueños; más bien quítaselo al punto 1, porque estas tres cosas pueden ser los puntales en los que apoyarte para llevar el proyecto a buen término.
  4. Si finalmente no obtienes los resultados esperados no sientas que has fracasado. Aunque es inevitable cierta frustración, valora todo el camino que has recorrido, lo que has aprendido (que seguro que ni el mejor máster del mercado te lo puede dar) y las habilidades y cualidades que acabas de descubrir que tienes. Seguro que ahora estás más preparado para abordar un nuevo reto como emprendedor.

Y sobre todo tatuaros a fuego en vuestra cabeza que ALCANZAR SUEÑOS ES POSIBLE.

No os perdáis las próximas entradas, que explicaran nuestras vivencias en cada uno de los ingredientes citados. ¡Os esperamos!

ESTRENO DE SOÑANDO EN GIGANTE

Como todo lo que rodea a Soñando en Gigante, este blog también está de estreno. Pero hemos decidido que hoy no le robe protagonismo a la gran apuesta infantil con la que comenzamos toda esta aventura.

Hoy, lo verdaderamente importante, es la presentación del primer álbum ilustrado de la colección Mundo Gigante, titulado ¿Dónde está mi corona?, al que esperamos que sigan muchos otros números. Lo podéis adquirir en nuestra tienda on-line, sin gastos de envío, además de en otros puntos de venta físicos de los que os iremos informando.

¿Cómo será nuestro blog Gigante?

Os adelantamos que este Blog está escrito por padres que se dirigen a otros padres. El objetivo es tratar diferentes temas en base a las experiencias vividas, dejando a otros la teoría y las sesudas disertaciones.

Nos centraremos en la realidad cotidiana del día a día.

No se trata de aleccionar a nadie, ni de ser ejemplo de nada. Tan sólo creemos que las experiencias son mucho más ilustrativas y, sobre todo, cercanas a la hora de intentar transmitir algo.

Publicaremos sobre temas relacionados con la infancia, la mayoría de las veces vinculándolos a nuestros grandes amigos, los gigantes, aunque estamos abiertos a gran diversidad de materias. Habrá entradas sobre:

  • literatura infantil,
  • gigantes y todo lo que les rodea,
  • educación,
  • sueños y deseos, tanto de padres como de hijos,
  • empresa,
  • experiencias vividas,
  • espectáculos y juegos,
  • manualidades y descargas interesantes y relacionadas con nuestros álbumes ilustrados,
  • iniciativas y acciones dirigidas a ayudar a los niños
  • aquellos temas que aúnen lo que nos gusta: infancia, familia, gigantes, literatura, experiencias.

Contaremos, en alguna ocasión, con la participación de educadores y pedagogos. Además, nos gustaría contar con vuestra participación, no sólo en forma de comentario o de seguimiento a la página, sino de publicación de entradas. Por ello, si en alguno de los temas que vayamos a tocar o hayamos tocado tienes algo interesante, divertido o ilustrativo que contar y no dispones de otro medio, haznos llegar tu relato y podrás verlo publicado en este blog con tu firma, por supuesto.

Y sobre todo, daremos prioridad a entradas que por su carácter solidario y/o colaborativo, puedan servir para ayudar a niños que lo necesiten.
No somos gurús, ni psicólogos; no somos fríos empresarios ni ONGs; sólo somos unos padres, como tantos de vosotros, embarcados en la aventura de criar y educar a nuestros hijos. Ni más, ni menos.

Si aún te estás preguntando que qué es esto de Soñando en Gigante, pincha sobre nuestro logo, a continuación.

Logo Soñando en Gigante, que representa el espíritu infantil y colorido de nuestras publicaciones de gigantes, con nuestros protagonistas, los gigantes de Pamplona
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